La semana pasada decidí realizar una experiencia que nunca falla, llevarme un limón al aula.
En asamblea, lo enseñé y empecé a preguntar si alguien sabía qué era eso, estaba bastante claro, ¡un limón!
A continuación por saber algo más del limón, empecé a preguntarles cosas:
¿de qué color es?
"Amarillo"
¿a qué sabe?
" Está fuerte"
"A limón"
¿para qué sirve?
"para el arroz"
" para echarle al pescado"
¿ de dónde salen los limones?
" de la tienda"
" los pagas y te los llevas a la casa"
¿pero y los hombres que los llevan a la tienda de dónde los han cogido?
(..........)
"Del árbol"
A partir de aquí ya expliqué yo un poco más y volví a preguntar si sabían de qué color era por dentro, pero estaba claro, era amarillo, aunque cuando lo abrimos vimos que también tenía un poco blanco, estuvimos oliéndolo por fuera, por dentro, vimos que si le aprietas sale zumo como las naranjas, que tienen pipas blancas y rayas. Después les di la opción de probar el zumo de limón y finalmente partimos trocitos y nos lo comimos, todos menos Julia que tenía claro que no le gustaba acabaron comiendo limón, por supuesto me vieron cómo me lo comía yo primero y después todos querían y repitieron, ¡les encanta! No sé en casa, pero en clase son pocos los niños/as que no lo prueban.
Para finalizar realizaron un trabajo coloreando un limón y poniendo bolitas de papel de seda de color amarillo, que hasta ahora no habíamos hecho, a la mayoría se les dio bastante bien.
que bonicos son,no me extraña que Júlia no lo probara,ya lo había hecho antes y no le gusto nada
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